miércoles, 22 de diciembre de 2010

... pero con sus reglas ...

El otro día fui a solucionar unos asuntos a un Ayuntamiento, que puede pasar en cualesquiera de la isla, como persona cívica, llego al recinto y cojo un número, en este caso era el 007, coño!!! como el james bond de las películas, me repetia en mi cabeza somnolienta, y únicamente esbocé una timida sonrisa ante semejante tontería que se me había ocurrido... El caso es que esperaba mi turno, y llega una señora con un hombre muy decidido, por cómo conocía al señor que atendía y el dominio de su situación ante el espacio, deduje, muy ciertamente que se trataba de un trabajador, entonces, como se había pasado el turno y como muy bien dice la regla, si se pasa 3 turnos, hay que coger número de nuevo, este hombre coge de nuevo número y se mete delante, evidentemente el nuevo número es posterior al mio... y ahora viene la reflexión.

Personas que se creen mucho, cuando su estatus es igual que el mio, simple y llana persona, ellos ponen las reglas y yo juego con SUS reglas, lo cual no implica que las cambien según venga el viento. Si hay que esperar, esperas y punto, que para eso pones la regla... ¿que eres trabajador? pues mucho peor, por que usted tiene que dar ejemplo, por que la regla la ha puesto usted...y si lo haces que no se note, que no sea descarado, por que habemos gentes que esperamos mucho tiempo para que venga un culo gordo a colarse...

Este simple reflexión viene dada por que algunas personas o entidades  ponen unas reglas, estas reglas las rompen con un descaro inadmisible, pero es que como ya las han roto una vez, la siguiente es peor... y así se entra en un círculo, como el pez que se muerde la cola... así siempre habrá algún listo que irá un poco mas... y lo peor es que nadie se escandaliza... osea, que al final juegan unos pocos, con sus reglas...

1 comentario:

  1. Jose, las reglas sólo estan para el que las cumple. Esta reflexión no deja de de ser paradójica en si misma y si analizamos el por qué cumplimos las normas, todo se reduce al miedo infantil del castigo. Sabemos desde pequeños que si haces algo más obtienes una respuesta negativa ¿no?. Lo que ocurre es que desde un tiempo hasta ahora esa respuesta negativa se ha ido disolviendo y las nuevas generaciones en lugar de saber que existen castigos para las transgresiones, se les enseña que son intocables, que las normas no son para ellos. ¿Que se puede esperar de un niño que crece con esa dinámica? Sólo una cosa: que en su mayoría de edad continuará con ese comportamiento puesto que su "miedo" al castigo es mínimo. Con las personas mayores ocurre lo mismo, es cierto que necesitan ayuda, pero hay abuelos "mu listos" que saben como aprovechar el chance. Y por último, ¿por qué ese señor, empleado, actuó como actuó? Pues porque nadie se levantó y le explicó, por si no lo sabía, que hay gente esperando antes que él. Todos nos quedamos mirando y vemos como unos pocos, se aprovechan en nuestras narices y nadie hace nada.

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