Quemor en el alma
En la cabeza, turba
pensamiento se nubla
Y Pierdes la calma
Y De rabia gritas
De tristeza lloras
Gente que irrita
Y pasan las horas
Sentirte aislado
Amargo el momento
Se tiran los dados
Y así está el cuento
Impotencia al dia
Sin decir miserable
Sin herramienta ni guía
Y te ves en la calle
Y sin aire respiras
y tus ojos cerrando
Al infierno caminas
Tu vida acabando
Y la aguja marca tu piel
Dibujando las palabras,
O las flores de forma fiel,
Con líneas que recuadran...
Y la aguja narra la historia,
Cada dibujo una batalla,
Un recuerdo de memoria,
Cómo trozo de metralla...
La otra aguja no se ve
La que desgarra y marca,
arde, hiere, y algo arranca
Y vas perdiendo la fe...
Tus vivencias en tinta,
Las mías en heridas,
Y ambas marcan una vida,
Hasta el punto de partida...
Y dices de tu arruga,
Y Lo dices con certeza,
que ese tiempo cura
De los pies a la cabeza
Que marca el tiempo,
El enfado, La alegría,
Los lugares y el momento
Todo ello es perfecto.
Delimita tu armonía,
Y hablas de tu arruga,
Y lo dices sonriendo,
sin quererlo, va ocurriendo.
¡Y me gusta esa arruga!,
Y termino resumiendo
Que tu arruga, es la cura,
Para un alma que va mueriendo.
Parecera una certeza
aparecer en mi sueño,
Como perro sin dueño
Y sin salir de mi cabeza.
Parecera que muero,
En una densa espesura,
Mirando la hermosura,
Mas sin querer, quiero.
Parecera que parece,
Aunque no te lo creas,
Aunque sin ver, veas,
El cariño que merece.
De esa flor que florece,
Rodeadas de espinas,
O esa otra que perece,
Buscándote en esquinas.
El destierro de su boca
Es arrojado al infierno,
Me condena al averno
Dejando el alma rota.
Me desata y desboca,
Como el letal veneno,
a la muerte le provoca,
Matar un alma sin freno.
Y hasta volverme loca,
Llegando a ser obsceno,
miseria que no es poca,
Muriendo en vida y en sueño.
Fuimos momentos
Fuimos elementos
El agua, el fuego o el viento
Fuimos pasiones
Fuimos rumores
En letras de canciones
Fuimos amigos
Fuimos abrigos
Y con el tiempo olvido
Fuimos dos en un alma
Fuimos el ruido y la calma
Fuego que saltaban alarmas
Fuimos el frente y la espalda
Fuimos el todo y la nada
Aquello vivido en vidas pasadas.
Los restos del pasado
Y el aroma del ayer
el tiempo no ha borrado
Lo que era y lo que es
Es la huella de la historia
De raíces ya remotas
De un pasado que denota
Un herencia incompleta y rota
Que me funda como agua
En ti como noche oscura
Como hierro en la fragua
Cómo pincel en pintura
Y que griten las entrañas
Y que giman de locura
Que me funda como agua
Cómo cielo a la luna...
En los charcos buscaré
Tu reflejo en mi mente
Y Esta noche soñaré
Me dormire, con suerte
Y que sea siempre ese rato
Que no se borre en la cabeza
Y hagamos nuestro trato:
Dejemos fuera las tristezas
Ya es la hora, ya despierto
Y te conviertes en estrella
Y se desdibuja tu cuerpo
Cómo siempre, la más bella.
La moneda que al sol brilla
La guardaba el caballero
Y Pensaba en la familia
la guardaba en el vaquero
Y extrañaba el caballero
Esos años de vendimia
Y se ponía el sombrero
Caminando en lejania
Y esperaba el caballero
Una carta de su amada
Y esperaba al cartero
Y esperaba y extrañaba
Y la moneda que giraba
Y Esperaba el caballero
Y el caballero que esperaba
El caballero, es mi abuelo.
Inmenso como el abismo
Y sintiendo el respeto,
la historia y el secreto
Que te hace ser el mismo
Y es el viento discreto
De vivencias de antes
En un tiempo concreto,
nuestro pasado guanche.
