viernes, 21 de septiembre de 2012

...y sin embargo...

Quizás, en la ausencia del silencio,
mis oídos te escuchen más que nunca
quizás, en el fondo del oscuro vacio,
la luminosa sonrisa se trunca

aún así, los ojos más ciegos mirar pueden

más allá de la simple y gran fachada
para ver, desde el vagón del tren
como se aleja la princesa aniñada

y solo quizás sea rabia, o quizás sea empeño

pues el recuerdo no es suficiente
para este pensamiento consciente
que ya no es pequeño...

y aunque a ti no te guste,

o lo consideres grosero...
para terminar, un ajuste
procedente de este viajero

que se le olvida una cosa

en mi mano, una rosa

y sin embargo, te quiero.