No leía demasiado
Y escribía con soltura
Terminaba su cordura
Y moría en su pasado
Y En la calle melancolía
Sonaba en un rincón
Y palpitaba un corazon
Si cantaba un tal sabina
Y Realmente era poesía
Murmuraban los balcones
Y robaba corazones
Desde la plaza a la esquina
Ya no seguía su paso
Por correr más lento
Y el olvido lleva dentro
Ahogándose en un vaso
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