Sostiene la mirada,
un instante repentino
La suerte está echada
Miserable es el destino
Mirando siempre de frente
En la mano, su guadaña,
En la sombra, esta la muerte
Observando en la montaña
Y ese alma se retuerce
Se rebela contra la parca
Y no quiere esa suerte
Con la muerte como marca
Ya tiene ojos inertes
Ya no tiene casi vida
Ni se siente fuerte
momento de partida
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